Próxima 43 / Soltar



Como ustedes habrán notado, este número está llegando con atraso. De acuerdo con la periodicidad habitual, la Próxima 43 - Invierno debería haber salido en septiembre. Se interpusieron factores de coyuntura, como la fuerte devaluación del lunes siguiente a las PASO, que aumentó el presupuesto de imprenta en un 40% de un día para otro; pero también ¾como la gota que rebalsa el vaso y de pronto pone en evidencia todas las otras gotas¾ hizo presente el peso acumulado de estos últimos años, todo el esfuerzo de sostener la publicación a pesar del deterioro socioeconómico, los planes que se desbaratan, el crecimiento imposible. Sentí todo eso consolidado, aplastándome como una fuerza física. Y me paralizó.
Me costó salir de ese estado.
Pero a veces, que pasen ese tipo de cosas, puede ponernos en situación de reevaluar nuestras opciones. Como dice el Oráculo en Matrix: “La verdadera prueba de las decisiones es tener que volver a tomarlas”.
La decisión que volví a tomar es la de seguir adelante con este proyecto. Porque sigo creyendo en su valor y en su potencialidad, en la posibilidad de continuar con lo construido a lo largo en esta década, y trascenderlo. Y también creo en su capacidad de transformación.
Quizás Próxima está haciendo su propio Camino del Héroe, como lo llamó Campbell. O su No-camino de la Heroína, como lo plantea Salmoiraghi. Viajar sin viajar. Cambiar para seguir siendo la misma. Transmutar para volver a la esencia. Crecer en círculos concéntricos, que se suman, se suceden y se expanden más y más. 
Así es el no-camino de Alcide Figueroa en La mucama de Omicunlé, la gran novela de Rita Indiana, donde el cambio tan deseado se hace carne, atraviesa a Alcide, y le lleva a construir su destino de un modo que ni siquiera se había atrevido a soñar, pero todo allí mismo donde nació, frente a ese mar Caribe en el que reina Yemashá. Para trascender, para atravesar el tiempo, transforma su materialidad. Cambia para permanecer, para ser aun más fiel a su propia esencia.
Y a la hora de reevaluar posibilidades, me hallo pensando en ese núcleo profundo de la identidad y en lo que es forma, soporte, eso que creemos que define pero solo contiene. También, en las razones de la permanencia inalterable, que a menudo tienen que ver con el miedo a lo desconocido. A veces necesitamos de alguna certeza para sostenernos en tiempos amargos, pero no puede ser para siempre.
La respuesta probablemente sea soltar. Soltarse. Porque al final eso a lo que estamos aferrades, eso en lo que tanto nos hemos apoyado, sólo nos limita.


Laura Ponce

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