PROXIMA 39 / INVIERNO



El temperamento flemático se describe como una tendencia a la apatía y a la frialdad, propio de personas estructuradas, que tardan en tomar decisiones y mucho más en llevarlas a la acción, pues su impulso es conformarse, dejarse llevar por la corriente de los acontecimientos.
Es fácil comprender que este tipo de comportamiento prolifere en el mundo moderno en el que la promesa máxima parece ser “logralo sin esfuerzo” (aprender, adelgazar, triunfar, olvidar) y, como en el caso de otra clase de crímenes, quizás debamos preguntarnos quién se beneficia con ello.
El desinterés también se entrena.
Ahora existen los medios técnicos para hacer posible aquello sobre lo que alertaba Orwell en 1984, y nos entregamos a esos medios con entusiasmo, aceptamos la vigilancia con la excusa de la seguridad, resignamos queja por comodidad, brindando toda la información posible sobre nosotros mismos, dónde vamos, qué hacemos, con quiénes, borrando cada vez más el límite de lo privado, compartiendo incluso lo más íntimo, aterrados de quedar afuera, aterrados de ser invisibles, sumergidos en un maremágnum de trivialidades. Entretenidos. Cada vez más espectadores y menos protagonistas. Mientras el mundo se vuelve un lugar cada día más oscuro.
El sistema en que vivimos promueve el egoísmo y la competencia despiadada; nos insensibiliza, nos deshumaniza, nos aisla; va reduciéndonos a patrones de comportamiento que puedan ser leídos por un algoritmo, y que puedan ser anticipados tanto como los de una máquina. Ya no busca formar obedientes burócratas, sino consumidores perpetuamente insatisfechos.
En este estado de cosas, creo que un porcentaje alarmante de la población no pasaría el test de empatía de un blade runner.
Nos estamos volviendo replicantes, seres artificiales que “replican”, que posan todo el tiempo, pretenders que corren detrás de “la experiencia”, de un deber ser tan sobreexpuesto como banal, mientras crece el vacío.
En Argentina, la situación política y económica sigue empeorando, y la perspectiva es realmente oscura. Parece que como sociedad estamos atrapados en un loop espacio-temporal, enredados en la dolorosa repetición de ciclos de avance y retroceso y, al igual que Phil Connors en El día de la marmota, me pregunto cuánto más durará este frío invierno.
Lo único que tenemos para hacerle frente es la solidaridad, fortalecer los lazos entre nosotros, ampliar las redes ¾de apoyo, de trabajo, de discusión¾ y, sobre todo, no conformarnos.


Laura Ponce

* la Chica PRÓXIMA de este número es "25.01", de Dani Leoni.




1 comentario:

  1. Excelente editorial y descripción de estos tiempos. La conclusión, lo mejor. =)

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